Camping Santa Clara – Altea

El personal variaba cada día pero todas fueron muy amables. Nuestra parcela tenía sombra y el suelo es de graba así que no tuvimos ningún problema con el calor ni los insectos.
En cada parcela cabía el coche +tienda de campaña+ mesita y sillas
Utilizamos el microondas y el horno, estaban limpios y en buen estado.
Los baños y fregaderos también estaban limpios y funcionaban correctamente. La única pega es que se agradecería una limpieza de las duchas más a menudo porque la acumulación de pelos daba mucha grima.
Había dos gatos habitualmente por allí pero son muy tranquilos. Nunca se subieron a las sillas ni entraron en las tiendas. Muchos campistas acudieron con sus perros y tampoco hubo ningún problema.

Desafortunadamente nuestra estancia no ha sido nada agradable, ya que la limpieza deja mucho que desear y las instalaciones también.
En relación con la limpieza, en nuestro caso nos quedamos en tiendas, las cuales no estaban limpias, ya que en los colchones había huellas de gatos y poco ventilado. Además los baños estaban super sucios, tengo que confesar que empezaron a limpiarlos un poco en fin de semana.
Y, por último, las instalaciones del camping en sí, muy poco cuidadas.

El punto a favor q dispone este camping es q la «desinfección y limpieza» de la tienda nos permitió entrar antes de la hora prevista del checkin.
Al llegar, nos alegramos de encontrarnos un camping pequeño y familiar ya q desde la carretera parecia q nos íbamos a meter a un campo de batalla de la segunda guerra mundial. La recepción dejaba mucho q desear, un gato dormido en la mesa, platos preparados q ni un muerto de hambre se comería, bastante guarro la verdad, pero bueno, al ser un camping no nos sorprendió. Nos hicieron un tour por el camping y nos enseñaron las zonas comunes. Un horno y un microondas q como opine me encarcelan. Cuando nos dijeron q había una neverita, nos alegramos porq pensábamos q podríamos tener algo de agua fresca, pero solamente era para niños.
Respecto a la tienda de campaña, a las 12 de la mañana todo eran risas, hasta q llegó la noche. Yo llevaba casi 48 horas sin dormir, lo intenté, pero pensé q me iba a dar un infarto y no despertaría a la mañana siguiente, ya q no corría nada el aire y la encargada nos recomendó cerrar todo para q no entrarán bichos. Se sudaba más aquí que haciendo un ironman. A la 1 de la mañana sacamos los colchones fuera de la tienda y nos quedamos dormidos dándonos igual q nos picaran 40 bichos (que por cierto, nos picaron) o nos mordieran los gatos. Conseguimos dormirnos pero a q coste. Los baños cn las duchas estuvieron bien, de eso no hay queja.
La noche nos costó 49 euros por tres personas y reservamos 2 noches. Como sabréis, no las aguantamos.
La playa cerca, buen punto a favor.

Tenía muy buenos recuerdos de dormir en los camping cerca de la playa pero después de este, me va a costar volver a uno. Escalofrios.